MUSEO ETNOLÓGICO DE PUERTO SEGURO


Javier Perals y Mª Agustina Hernández





El museo etnológico de Puerto Seguro recoge multitud de objetos, útiles, enseres, herramientas, aperos y arreos usados, algunos hasta hace poco, en este rincón de la provincia de Salamanca.

Este museo trata, principalmente, de la recuperación de las palabras que nombran multitud de objetos, que al caer en desuso, pierden el significante. Es, a la vez, un museo etnográfico, porque trata de describir los objetos y su utilidad; pero también es etnológico porque compara los rasgos propios de una cultura casi desaparecida con las características de una sociedad actual con numerosas influencias “forasteras”.

El museo se ubica en una modesta casa con corral situada tras el Ayuntamiento. La entrada se hace por el patio, donde se han distribuido poyos, pilones, objetos de labranza, un escaño y un escabel.

En la fachada de la casa la puerta de la derecha da acceso al taller, ocupando el espacio de lo que fuera la cuadra, donde se ha conservado el pesebre sobre el que se han colocado arreos de las ganaderías. También hay una curiosa balanza decimal en la que podrás conocer tu peso.

La puerta de la izquierda da entrada al museo por el portal donde se localiza un pozo con brocal de piedra en el suelo y donde se han dispuesto un palanganero, una colección de llaves y candados, un teléfono de manivela y una cantarera junto a otros objetos distribuidos por la estancia.

Desde el portal se accede a dos salas, a la cocina y por la escalera al domicilio particular de los propietarios. La primera sala se ha ambientado como dormitorio, con una cama de hierro que se puede plegar, un lavabo de madera, una cuna, una cómoda y un chinero con multitud de objetos de aseo, del ajuar o de las actividades domésticas.

En la segunda sala, antaño dividida la mitad de ella en dos “alcobas”, se distribuyen numerosos objetos relacionados con la escuela y con la matanza y multitud de herramientas de carpintero, zapatero, labrador, panadero y alarife (albañil).

La cocina presenta una chimenea que fue modificada hace muchos años a los usos de la época y donde se pueden contemplar útiles de la lumbre, ollas de hierro y de barro, un platero y una espetera con numerosos objetos, medidas de vino y aceite, latas de alimentos y unos “pintores” o sellos del pan.

La visita a este museo permite conocer y recordar multitud de enseres, herramientas y utensilios que han sido utilizados a través de los tiempos por nuestros abuelos y abuelas, muchos de los cuales fueron fabricados por ellos mismos aprovechando los materiales naturales del entorno y el ingenio de la gente del mundo rural. No son objetos valiosos pero nos hablan de un valor basado en lo indispensable y de la forma de adaptarse a lo que se podía disponer.

Este humilde museo pretende ser un alto en nuestra ajetreada vida moderna para contemplar en calma la pausada vida de un pueblo. Pretende ser una mirada hacia atrás en nuestra historia cotidiana para apreciar y valorar la dureza y sobriedad de la forma de vivir de nuestros antepasados. Es un homenaje sencillo de admiración a las personas que con su ingenio y tesón lucharon por hacernos una vida más cómoda.

Texto: Javier Perals
Fotos: José Ignacio Herrero y Emilio Calvo.